Imagina

Imagínate por un momento que los pobres fueran los ricos de la sabiduría.
Y que los ricos fueran pobres en humildad.
Que la voz fuera lo más importante del cantante, y de las personas su corazón errante, que la música entrara por los oídos para escucharse con latidos, y no fuera condicionada por unos ojos superficiales.
Que los ojos marrones fueran los más bonitos, y ser rubio no fuera el sinónimo de ser el más querido.
Que el sexo fuerte no fuera el hombre, sino el que se practica entre sábanas con amor no inerte.
Que el te amo se sintiera las mismas veces que se dice, y que el infinito fuera para todos sinónimo de paz y ser felices.

Y que todos bebiéramos del manantial llamado ética, que aunque no lo creáis, aún hay para todos, nenes.